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El escudo de los Salesianos


Tal y como ya avanzamos el otro día, se han mantenido en los últimos meses algunas discusiones acerca de cómo debería ser el nuevo banderín, o qué escudo, anagrama o logotipo debía representar a nuestra Banda del Colegio Salesiano de Pozoblanco. Sin embargo, nosotros estábamos seguros de que se tenía que seguir fielmente el proyecto que en 2005 redactara José Ángel Jiménez García para la elaboración de un nuevo banderín y nuevas galas o mantolines para nuestra formación musical, y éste definía claramente el Escudo Salesiano como imagen o emblema identificativos de nuestra formación musical. Pasemos ahora a hablar sobre dicho escudo.

Como cualquier institución religiosa, también la de Don Bosco tiene su escudo espiritual o carisma, que indica la identidad y misión, los medios y métodos elegidos por el Fundador y sancionados por la Iglesia. Únicamente como signo que recuerde y ayude a poner por obra la propia característica se justifica un escudo heráldico, que, por tanto, no pretende ser blasón ni opción de clase, sino enseña de servicio, al que se dedican cuantos se reconocen en él.

El escudo salesiano desempeña cabalmente dicha función emblemática. Don Bosco no tuvo presente la heráldica, sino el mensaje que ofrecía a sus hijos y, amigos, para recordarles su identidad. En el escudo, pues, aparece el bosquejo de Don Bosco, que lo sugirió, definió y subrayó con un lema, de modo que del conjunto se transparentara un programa.

No tuvo prisa en proponerlo. A los veinticinco años de fundar la Sociedad (nacida el 18 de diciembre de 1859), todavía no se había dado un escudo, como otras familias religiosas. Para sello se empleaba la figura de san Francisco de Sales, con una inscripción latina referida a la Sociedad Salesiana. Sólo el 12 de diciembre de 1884 el ecónomo general, Antonio Sala, presentó un esbozo, diseñado por el profesor turinés José Boidi para la iglesia romana del Sagrado Corazón. Dicho esbozo quedó aprobado tras algún retoque.

Desde el principio, el escudo apareció surcado verticalmente por una gran ancla, con el busto de san Francisco de Sales a la derecha y un corazón en llamas a la izquierda. En la parte superior descollaba una estrella radiante de seis puntas. Abajo figuraba un bosque sobre el fondo de los Alpes, vistos desde los boliados de Monferrato. Lo orlaban dos ramos, uno de palmera y otro de laurel, entrelazados sus tallos. Una guirnalda de rosas coronaba la cima del escudo, rematada por una Cruz latina trifoliada y radiante.

A Don Bosco no le gustó la estrella en lo alto. Le sabía a emblema masónico. La hizo quitar y dejó que campeara la cruz. La estrella pasó al interior del escudo, sobre el corazón y en forma de cometa, para completar el tríptico simbólico de las virtudes teologales. El escudo definitivo apareció oficialmente por primera vez en una circular fechada a 8 de diciembre de 1885. Desde entonces no ha cambiado.

Los símbolos son evidentes

La estrella representa la fe; el ancla, la esperanza; el corazón, la caridad. La figura de san Francisco de Sales muestra al patrono de la Sociedad: se inspira en una pintura histórica, a la que se añade papel y pluma, como para indicar, verosímilmente, la actividad periodística del Santo y la actualidad que en él reconocía Don Bosco, autor de libros y fundador de tipografías, editoriales, revistas, librerías, etcétera.

El bosque alude al apellido del Fundador, San Juan Bosco. Las montañas significan las cumbres de la perfección a que deben tender los socios. El laurel y la palma son emblemas del premio que espera a una villa de virtud y sacrificio: el laurel es símbolo de sabiduría; la palma, de martirio. Las rosas parecen recordar el Famoso sumo en que Don Bosco se vio a sí mismo y a los suyos caminando con alegría en un emparrado de flores, pero lacerados por espinas que ensangrentaban todo su cuerpo.

El lema que aparecía en el sello usado antes de 1884 era: Discite a me, quia mitis sum (= aprended de mi, que soy manso). El Consejo propuso éste otro: Sinite parvulos venire ad me (= dejad que los niños se acerquen a mí); se objetó que ya lo usaban otras instituciones. Julio Barberis sugirió: «Templanza y trabajo»; Celestino Durando prefería la invocación: Maria Auxilium Christianorum, ora pro nobis. Don Bosco zanjó la cuestión, proponiendo: Da mihi animas, cetera tolle, que venía empleando desde los años del oratorio itinerante...

Dejando a un lado historia y símbolos, el escudo salesiano es un compendio de estímulos esenciales para caracterizar a todo verdadero hijo de Don Bosco. Podría parecer que falta la imprescindible presencia de Maria Auxiliadora, de la que -decía el Fundador- procede todo lo salesiano. Pero él mismo y sus primeros seguidores incluyeron siempre en los emblemas del ancla, de la estrella y del corazón la referencia a Jesús y a su Madre; es otro aspecto de la densidad significativa que hay en el escudo.



El logotipo frente al escudo salesiano

El trabajo de integración de estos elementos en el nuevo logo salesiano responde a la intención de expresar y evocar, en un lenguaje más actual, los elementos existentes en el escudo de la Congregación Salesiana.

a) La estrella radiante, el gran áncora, y el corazón en llamas, representan las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad, y pueden estar representadas en los tres círculos que componen la cabeza de las personas. La fe y la dimensión de lo trascendente están presentes también la flecha que apunta hacia lo alto. La caridad se puede ver en el corazón que se forma en el fondo, y su significado está también en el color rojo de la vitalidad y de la fuerza.
b) La figura de San Francisco de Sales, que recuerda al Patrono de la Sociedad, está presente en la “S” (ese).
c) El bosque, que recuerda a Don Bosco, está presente en la columna central de las tres personas, en una actitud “ecológica” de armonía con los jóvenes.
d) Las altas montañas, que significan las cumbres de la perfección a las que deben tender los socios, se recuerdan en la figura del camino del fondo, un sendero que, subiendo y bajando, supera las colinas/dunas, en dirección a lo alto.
e) La palma y el laurel, entrelazados en la base, que abrazan el escudo hasta la mitad, son emblemas del premio reservado a una vida sacrifica y virtuosa: la forma circular y envolvente de la figura sobre el fondo le puede evocar, junto con los brazos de la figura central.
f) El lema "Da mihi animas, caetera tolle", expresa el ideal de todo Salesiano y puede ser recordado por las figuras del diseño, en especial por la figura de Don Bosco que, en su corazón pastoral, quiere llevar hacia las alturas a los jóvenes.



El escudo salesiano para descargar

Ya para terminar, y dejando ya zanjado el asunto del emblema, escudo, logo, o identidad de los Salesianos y de nuestra propia banda, hemos publicado en nuestra página de Facebook más de una docena de imágenes con variaciones y distintas alternativas del escudo, que podéis ver y descargar con la máxima resolución con la que hemos podido encontrarlas y subirlas a Internet.

Para ver y/o descargar el escudo salesiano (en distintas versiones), diríjase a la siguiente página ó álbum de fotos "Escudos Salesianos" de nuestra cuenta de Facebook: http://www.facebook.com/album.php?aid=34235&id=176456512396841

Esperamos que os haya gustado tanto el compendio y catálogo de imágenes como este reportaje, además de nuestra decisión al escoger éste como el escudo claro y definitivo, desde siempre, de nuestra formación musical.

Próximamente profundizaremos más en el proyecto de banderín y todo lo relativo a él, y que ya se está bordando en unos talleres de la capital cordobesa. Pero eso será otro día.

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