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Hasta siempre, Don Eusebio. Descanse en Paz.


El pasado jueves día 15 de diciembre nos íbamos a la cama con una tristeza inmensa al enterarnos del fallecimiento de Don Eusebio Andújar Romero (SDB). Los restos del salesiano, conocido y querido por muchas generaciones, llegarían a las seis de la tarde del viernes 16 a la casa salesiana pozoalbense. En la misa habitual de 19:30 horas se aplicaría más de una oración por su eterno descanso, pero aún más multitudinaria sería la eucaristía extraordinaria celebrada a las 21:00 horas en la misma iglesia de María Auxiliadora, y organizada por la Asociación de Antiguos Alumnos y Antiguas Alumnas de Don Bosco. La capilla ardiente, instalada en el templo salesiano de Pozoblanco, permanecería abierta hasta pasada las doce de medianoche.

Al día siguiente, sábado 17, se celebraría la misa funeral. Veinticuatro sacerdotes concelebraron la eucaristía en el altar, mientras la familia salesiana, compungida, abarrotaba el aforo de la iglesia. El Coro de AA. AA. de Don Bosco cantaría por última vez al salesiano natural de Torrecampo, aunque en la letra de la canción final (Rendidos a tus plantas), no pudo interpretarse íntegramente, debido a la emoción, tristeza y el nudo en la garganta que teníamos muchos de los allí presentes, aunque sí la música.

El féretro saldría de la iglesia con un largo y sonoro aplauso, portado por presbíteros hasta el cementerio municipal. Una vez allí, D. Eusebio Andújar Romero -o el Don Bosco pozoalbense, como le han denominado en más de una ocasión- sería enterrado en el panteón de los Salesianos, junto a Don Fernando Santiago (SDB), entre otros.

Seguro que ahora está detrás de San Pedro, con una copia de las llaves del Cielo, y bien pendiente de las fuentes de los patios, como hiciera aquí o en las distintas casas salesianas por donde pasó. Pero seguramente, también se codee con la banda de los ángeles, apoyándoles en todo momento como hiciera con nuestra banda de cornetas y tambores siempre que pudo.


Se nos ha ido el Don Bosco de Pozoblanco...

Hasta siempre y gracias, Don Eusebio. Descanse en paz.

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