Como ya publicamos, durante el fin de semana del 22 al 24 de junio, se celebraría el maratón de fútbol-sala entre cofradías y bandas de Pozoblanco, organizado por la vocalía de braceros y braceras de la Hermandad del Cristo de Medinaceli, y nosotros participamos por tercer año consecutivo. Lo pasamos bien, y conocimos aun montón de gente, aunque quedamos quintos en la competición, ya que nosotros éramos más pequeños en edad y en fuerza.
Jugaríamos nuestro primer partido del trofeo infantil a las siete de la tarde del viernes 22 contra el equipo del grupo joven de la Cofradía de la Borriquita, contra el que perdimos de dos, y el siguiente encuentro que disputamos fue el sábado a las 12 del mediodía contra el equipo infantil de Sayones, quienes ganaron por un gol arriba. Nos clasificamos en la primera ronda, pero no pasamos en la segunda, debido a que, como decíamos anteriormente, los demás equipos eran más grandes (en edad y en altura) y más fuertes.
Al acabar cada partido, nos ofrecieron un batido para cada uno de los participantes, y hasta podíamos repetir. Nos lo pasamos estupendamente y conocimos a un montón de niños.
Lo que sí habría que decir antes de acabar este artículo, es que fuimos el único equipo mixto, de niños y niñas, y nos sentimos muy orgullosos de ello, porque para nosotros el compañerismo y la igualdad son parte de nuestros valores educativos.
El año que viene, si Dios quiere, volveremos a participar en el maratón, al menos para conseguir de nuevo los trofeos que nos llevamos este año a casa: el de la participación y el de la deportividad, aunque quedásemos quintos en la clasificación.
Jugaríamos nuestro primer partido del trofeo infantil a las siete de la tarde del viernes 22 contra el equipo del grupo joven de la Cofradía de la Borriquita, contra el que perdimos de dos, y el siguiente encuentro que disputamos fue el sábado a las 12 del mediodía contra el equipo infantil de Sayones, quienes ganaron por un gol arriba. Nos clasificamos en la primera ronda, pero no pasamos en la segunda, debido a que, como decíamos anteriormente, los demás equipos eran más grandes (en edad y en altura) y más fuertes.
Al acabar cada partido, nos ofrecieron un batido para cada uno de los participantes, y hasta podíamos repetir. Nos lo pasamos estupendamente y conocimos a un montón de niños.
Lo que sí habría que decir antes de acabar este artículo, es que fuimos el único equipo mixto, de niños y niñas, y nos sentimos muy orgullosos de ello, porque para nosotros el compañerismo y la igualdad son parte de nuestros valores educativos.
El año que viene, si Dios quiere, volveremos a participar en el maratón, al menos para conseguir de nuevo los trofeos que nos llevamos este año a casa: el de la participación y el de la deportividad, aunque quedásemos quintos en la clasificación.
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