Es en 1972, con la llegada del profesor Rafael Blanco, y bajo la dirección musical del profesor Diego Cabrera, cuando la formación comienza a asentar las bases de lo que hoy conocemos. Poco a poco el número de componentes se va ampliando, de 17 a 60. La calidad musical mejora, el repertorio aumenta y se diversifica, se multiplican las actuaciones y acompañamientos musicales, es mixta. La banda comienza a lograr sus más altas cuotas de reconocimiento público.
Pero no todo iba a ser tan fácil. A mayor número de componentes el gasto también aumenta. Hay que dotar de nuevos instrumentos y uniformes a los nuevos componentes, materiales...
Siendo la Banda dependiente económicamente como actividad educativa de la dirección del Colegio, y ante las reformas educativas del Estado que promueven nuevos órganos y fórmulas de participación en la escuela, la Asociación de Padres y Madres de Alumnos/as irrumpe con fuerza en la vida doméstica de la formación. No tanto en sus planes musicales y objetivos educativos pero sí en algo de vital importancia como la colaboración del sostenimiento económico.
Lógicamente, los padres van asumiendo de manera más o menos programada ciertos gastos de la banda que bien la dirección del centro, o bien el consejo escolar, les solicitan. Al fin y al cabo son sus hijos e hijas los beneficiarios de esta actividad escolar.
En esto se produce un bulo semejante al citado anteriormente con la Hermandad de la Entrada Triunfal. Poco a poco la gente va relacionando la Asociación de Padres con la Banda hasta despojarla de su historia y de cualquier resquicio originario, de sus fines e independencia. El bulo la convierte durante unos años en La Banda de la AMPA.
Continuar leyendo sobre nuestra historia:
4ª ETAPA (1996-1999): Pedro Sánchez Urbano y Antonio Dueñas
Más sobre nuestra historia aquí.
Pero no todo iba a ser tan fácil. A mayor número de componentes el gasto también aumenta. Hay que dotar de nuevos instrumentos y uniformes a los nuevos componentes, materiales...
Siendo la Banda dependiente económicamente como actividad educativa de la dirección del Colegio, y ante las reformas educativas del Estado que promueven nuevos órganos y fórmulas de participación en la escuela, la Asociación de Padres y Madres de Alumnos/as irrumpe con fuerza en la vida doméstica de la formación. No tanto en sus planes musicales y objetivos educativos pero sí en algo de vital importancia como la colaboración del sostenimiento económico.
Lógicamente, los padres van asumiendo de manera más o menos programada ciertos gastos de la banda que bien la dirección del centro, o bien el consejo escolar, les solicitan. Al fin y al cabo son sus hijos e hijas los beneficiarios de esta actividad escolar.
En esto se produce un bulo semejante al citado anteriormente con la Hermandad de la Entrada Triunfal. Poco a poco la gente va relacionando la Asociación de Padres con la Banda hasta despojarla de su historia y de cualquier resquicio originario, de sus fines e independencia. El bulo la convierte durante unos años en La Banda de la AMPA.
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